Declaraciones del Dr. Eduardo Stein, Representante Especial Conjunto de ACNUR y OIM para los refugiados y migrantes de Venezuela
Ante los últimos acontecimientos ocurridos en Iquique, en la frontera norte de Chile, quisiera manifestar mi más profunda preocupación, ya que estos actos de violencia van en menoscabo de los derechos humanos y deben condenarse categóricamente.
Ninguna persona merece ser discriminada. Construir una cultura de paz que promueva la coexistencia y el respeto por la diversidad es tarea de todos y todas quienes componen una comunidad.
Es importante que las autoridades y los líderes de opinión promuevan el respeto por la diversidad, al tiempo que constituyen un apoyo tanto a las personas en movilidad como a las comunidades que generosamente las reciben.
La inclusión comienza a nivel comunitario, particularmente en zonas fronterizas y de primera acogida. Son estas comunidades quienes han abierto sus puertas de manera incondicional para apoyar a los caminantes que llegan en situación de extrema vulnerabilidad. Debemos reconocer estos esfuerzos y no dejar solas a estas comunidades, fortaleciendo, en primera instancia los servicios básicos que benefician tanto a la población local como a las personas refugiadas y migrantes.
Sabemos que la pandemia ha impactado nuestra salud, nuestros ingresos y nuestra forma de vivir cotidianamente tanto en la región como alrededor del mundo. Pero es sólo a través del diálogo, la solidaridad y el respeto por la diversidad que seremos capaces de resolver los múltiples retos que nuestra región enfrenta desde hace algún tiempo.
A su vez, las personas refugiadas y migrantes de Venezuela tienen la obligación de respetar las leyes y reglamentos de los países en que se encuentran. Sin embargo, hechos aislados -que no representan a la comunidad- no deben ser utilizados para incitar a la discriminación ni a la violencia.
La historia ha demostrado que las personas refugiadas y migrantes son un motor de desarrollo decisivo para las sociedades de acogida, además de protagonistas de la cohesión en la región. Su aporte al desarrollo sostenible es considerable: desde el intercambio y generación de valores a través de la diversidad cultural, hasta el intercambio de conocimiento y fomento en la innovación.
ACNUR, OIM y los socios de la Plataforma de Coordinación Interagencial para refugiados y migrantes de Venezuela (R4V) continuarán apoyando a las autoridades chilenas y otros países de la región tanto para atender las necesidades más urgentes de las personas venezolanas, como para apoyar a las comunidades que las acogen y trabajar conjuntamente por su inclusión.
Asimismo, hacemos un llamado a la comunidad internacional a seguir apoyando a Chile y a los países de la región que han ofrecido de manera incondicional protección a las personas refugiadas y migrantes de Venezuela. La responsabilidad es compartida.
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